martes, 3 de junio de 2014

Alcalde Alfredo Diaz : un gobierno de progreso y esperanza. Por Politólogo David Duben



Alfredo Díaz: un gobierno de progreso y esperanza
David R. Dubén F.
Es un hecho común que, en cada proceso electoral, los candidatos  a los cargos de gobierno caigan en la tentación de hacer promesas utópicas solamente con el afán de conquistar votos. En la teoría ello garantizaría un buen caudal de seguidores pero en la práctica, son muy pocos los casos en que una promesa ficticia e irreal termina por convencer a los electores a sufragar por un determinado aspirante. Sin embargo, se han visto procesos donde un manejo adecuado de las emociones de las personas permite que una propuesta electoral bien madurada y disfrazada se convierta en un gancho para convencer incautos desesperados e inconformes con las falencias de sus gobernantes.

En mayor y menor medida es una situación que se repite en todas los lugares donde se hacen elecciones populares, es decir, es un mecanismo valido cuando se pretende generar confianza y ganar adeptos a las causas de los aspirantes. Hasta aquí todo va bien, sin embargo, la crítica y el cuestionamiento deviene cuando quienes se han escudado en ese tipo de argucia, una vez que llegan al gobierno son incapaces de desarrollar sus promesas y al contrario, su inacción conlleva a agravar los problemas que una vez prometió solucionar. Sin ir muy lejos observamos características de este fenómeno tanto en el gobierno nacional como regional. Desde tiempos de Chávez se percibía una tendencia en este sentido pues el país en lugar de progresar, modernizarse e incrementar el nivel de vida de su población  ha venido empeorando y en permanente  retroceso, el cual se ha acelerado en este año de desgobierno de Maduro.

A nivel regional la historia no es distinta, el actual gobernador prometió villas y castillos, habló de progreso, de seguridad y de desarrollo social  pero hasta la fecha, todo se ha quedado en ofrecimientos. La realidad es que la inseguridad se ha incrementado exponencialmente y hoy día tenemos el no grato privilegio de ser el cuarto estado más inseguro del país.  En cuanto al progreso solo quedo en el papel pues ni siquiera han podido contribuir a resolver la critica situación del puerto libre, principal sustento económico de la región. A nivel de desarrollo social, tampoco hay grandes logros que el gobernador pueda exhibir, todavía persiste una inmensa deuda social con los más necesitados, apenas mitigada por uno que otro programa nacional. En otras palabras, nos preguntamos donde queda el supuesto beneficio y las ventajas de contar con un gobernador afecto al régimen nacional si no se han podido solucionar los problemas más graves del Estado.

Esta reflexión nos lleva a pensar que no basta pertenecer al bando oficialista sino que es más importante tener voluntad y capacidad para garantizar una gestión eficaz, efectiva y transparente. Tal es el caso del Alcalde reelecto, Alfredo Díaz, quien ha sabido llevar a la práctica sus ofertas electorales, que más que promesas, son el reflejo de un compromiso de alguien compenetrado con las necesidades del pueblo pues provienen de sus raíces. Bajo su primer mandato, se elevó significativamente los indicadores de calidad de vida de los residentes y visitantes, lo que propició su reelección por un nuevo periodo. Es que indudablemente, aunque hay cosas por mejorar, existe una gestión palpable, que se siente y llega a todos los rincones del municipio porque tiene como prioridad propiciar la mayor suma de felicidad, bienestar y progreso de su gente, especialmente, de los necesitados quienes han encontrado una mano amiga para solventar problemas puntuales gracias a los diferentes programas sociales aplicados. En la actualidad la ciudad de Porlamar se ha convertido en un punto de referencia en cuanto a gestión exitosa a nivel nacional, su progreso y desarrollo no se detiene a pesar de las vicisitudes. Ello nos permite ser optimistas en el futuro del estado Nueva Esparta pues estamos convencidos de que llegara el momento de su verdadero progreso y modernización, dejando de ser una simple esperanza y aspiración para convertirse en una contundente realidad, tal cual acontece con nuestra ciudad marinera.

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